Terrible lío se armó en la diócesis de Caá Catí, donde el Cura Párroco «cayó en desgracia» con sus feligreses, que terminaron mandándolo al frente con Monseñor Andrés Stanovnik. En una extensa misiva, enviada hoy a la máxima autoridad religiosa de la grey católica local, con pedido de audiencia incluido, los feligreses relataron algunos de los varios hechos que cayeron «pésimamente mal» del comportamiento del Presbítero Eduardo Ramón Olguín.
Al parecer Olguin comenzó a tener algunos sermones, un tanto «desajustados» a la realidad Social de la comunidad y, en uno de ellos, prácticamente dejó claro que «el diezmo» (ofrenda), debía ser desde $500 en adelante. Algo que cayó tan desagradable como atragantarse con una Ostia.
Cómo si fuera poco y, como acumulando otros hechos, los feligreses describieron que en las últimas fiestas Patronales en Honor a la Virgen del Rosario de Caá Catí el 7 de octubre, Olguín dejo en la calle y bajo la lluvia torrencial, a un centenar de Peregrinos, llegados desde lejos hasta el Pueblo y se encontraron, no solo con la Iglesia cerrada, sino que el cura «ni los salió a recibir o andar su bendición».
Pero quizás, la gota que rebalsó el vaso, fue el haber negado el Santo Sacramento del bautismo, a hijos de Madres Solteras, yendo totalmente a contrabando de los preceptos del Papá Francisco, de acercar la iglesia a los fieles. Lo cierto es que la feligresía local, ya no quiere saber nada con el Padre Olguín. Veremos entonces que acciones toma el Arzobispado ante tanto destrato.
Fuente: Roberto Zorrilla (Periodista Corrientes)